Hoy recibo una llamada desde un móvil que no está dentro de mis contactos. No me extraña porque llevo una temporada que, por motivos de trabajo, me llaman desde numerosos teléfonos y algunos no los tengo incluidos en la agenda.
Mujer: Hola ******, te llamo desde Aldeas Infantiles
Yo: Ajá (y una mierda; me llama desde un número no oculto y por mi nombre y la voz es la de mi jefa, que es una cachonda y la está impostando. Como esta mañana ha habido un tema de trabajo me está llamando y de paso se echa unas risas). Dime.
M: sabrás que Aldeas Infantiles blablabla los niños blablabla ¿Tienes niños?
Y: tres, un crío y dos gatas.
M: ah… bueno. Nosotros nos centramos en los niños humanos que no pueden vivir en sus casas.
Y: ¡coño como el mío! Que no hay manera de vivir con él. Si os ocupáis de los niños podríais venir a por este y llevároslo.
M: bueno… trabajamos con niños con problemas familiares y económicos…
Y: ¿pero tú te crees que yo llego a fin de mes? (A ver si me subes el sueldo, jefa)
M: una pequeña ayuda siempre es bienvenida.
Y: sin problema. Dame tu cuenta bancaria y yo te ingreso lo que haga falta.
M: ¿mi cuenta bancaria? Nosotros mandamos todos los documentos de bienvenida. ¿Dónde vives?
Y: Guadalajara de Arriba Por la Parte de Abajo (venga jefa, que esto ya se está alargando demasiado)
M: entonces es la oficina de Cuenca la que te queda más cerca.
Y: (¿What? Te estás haciendo la dura, jefa. Pues no seré yo quien vaya a ceder). El problema es que vivo debajo de un puente y no sabría qué dirección darte. (Venga jefa, que sé que eres tú)
M: ya… que tenga buen día.
Conclusión: no era mi jefa