
Ana Julia Quezada, la presunta asesina del pequeño Gabriel Cruz, ha enviado una carta a El programa de Ana Rosa desde la cárcel en la que pide perdón a Ángel, el padre del niño, Patricia, su madre y a todos. “Sé que no tengo excusa por el accidente”, afirma en la carta, en la que sigue insistiendo en que la muerte del pequeño fue un accidente, pese a las pruebas recabadas.
“Hola, Ana Rosa”, comienza la extensa carta de dos folios, escrita a mano y envidada desde la cárcel de El Acebuche después de que el propio programa le remitiera una a ella, Ana Julia expresa su amor por Ángel, por el que dice seguir enamorada, y le pide perdón: “Quité a la persona que amo lo más grande que uno puede tener, un hijo”. Ana Julia no menciona en ningún momento el nombre de Gabriel.
Recuerda a su hija, a la que “echo mucho de menos” y lanza un mensaje muy claro: “Creo que cometas el delito que cometas nos tienen que tratar como personas”. En este sentido, asegura ser consciente de que va a pasar el resto de su vida en prisión, “pero eso es lo que menos me importa”. “Tengo mucho que contar”, añade la presunta asesina que pide ser escuchada.
La ex pareja de Ángel se enfada, se indigna y cambia radicalmente el tono. “Impresionante las imágenes que he visto hoy. Cogen una muñeca de plástico negra, la ponen en una plaza y la queman, como si me quemaran a mí”.En esta segunda carta Ana Julia sí nombra a Gabriel: “Lo mío con Gabriel lo dije y siempre lo diré, fue un accidente. No soy más monstruo que esas personas y lo hice por un accidente. Ellos lo harían queriendo, son más monstruo que yo. Al escribir esta carta me tiemblan las manos. Así que disculpas cuando hay gente de color blanco que cometen esos crímenes nunca he visto tantas barbaridades. Eso se llama racismo y xenofobia”.
Sí, Ana Julia apela al racismo y a la xenofobia para tapar su crimen. “Soy negra, cometí un delito sin querer, lo único que pido es que se me juzgue y se me trate como se me tiene que tratar en mi situación (…) ¿Que no hay racismo en España? Ahora lo pongo en duda, menos mal que aquí en la prisión me siento bien y me tratan como es debido porque son profesionales”.