Y ello me ha provocado una crisis psicológica de hondura insondable, el sentirme tan injustamente rechazado, por los que hasta ahora yo consideraba mis congéneres y compañeros en este camino que llamamos vida, de forma, además, cruel y torticera me ha llevado a acariciar la idea del suicidio.
La situación es tan grave que ayer, al ingresar en dicho foro, y ver que la hora de expiración del plazo de expulsión ya había pasado, pero que yo seguía expulsado, usando un sucio recoveco lógico y prosternándome a un limbo de bits muertos, cogí un cuchillo y con él me infringí severas puñaladas pericraneales.
Afortunadamente no perecí y poco a poco me voy reponiendo, no obstante, los estragos mentales que todo esto ha producido en mí siguen presentes y sin ningún síntoma de remisión. Es por ello que me veo en la obligación de intentar demandar a los responsables de tamaño atropello hacia mi dignidad.
En breve iniciaré acciones legales, he puesto el caso en manos de un prestigioso bufete de abogados de ideología no izquierdista.