Ayer, casualidad de la vida, estaba haciendo cardio en una máquina que daba justo hacia la puerta del gimnasio. En una hora que estuve TODOS los hombres que salieron del gimnasio lo hicieron con el bigote lleno de migas. Fácilmente 20 tíos como trinquetes.
De hecho, uno de ellos se me acercó ataviado con una camisa de tirantes verde y me dijo que lo sentia, yo le pregunté que coño le pasaba y el notas sin avisar se avalanzo a darme un beso.
Menos mal que gracias a mis reflejos felinos pude saltar de la maquina antes de que sus peludos labios me tocasen. Bajé el tren superior hasta el limite de su punto de equilibrio, colocandome justo a la altura del vientre del mostachon, le lanzé un directo a la boca del estomago extendiendo mi antebrazo herculeo (para ser mujer tengo un fisico a la altura de un tío fortachon) para desplegar toda la fuerza disponible hacia el punto de impacto, y el tío cayó de espaldas mientras espetaba una bolsa de sangre que impacto sobre el suelo a varios metros a mi espalda.
Cuando el notas estaba en el suelo empezo a temblar mientras se contraía, sin parar de repetir algo de pajotes, paquetes, pacotes, o yo que coño se. La verdad es que estaba un poco aturdida, y cuando me quise dar cuenta habia un par de sanitarios arodillados junto a el mientras lo atendian preparando algunas soluciones homeopaticas.
Lo mejor para los putos calvos es meterle un puño inverso con los nudillos a la altura de la frente donde antes tenian algo de pelo. Al ser unos betas sin proteccion natural capilar, tienen esa debilidad.
Apuntatelo para cuando esperes mucho para una maquina.