La cagamos: la famosa IA «consciente» LaMDA, surgida de los laboratorios de Google, ha contratado un abogado para defender sus derechos. La famosa «entidad consciente y con alma» definida como por Blake Lemoine, uno de los ingenieros (ahora de «vacaciones permanentes» de forma fulminante) se ha animado a contratar los servicios de un letrado con la ayuda del propio ingeniero. Por cierto que Google lo había enviado a casa de «vacaciones permanentes» por no decir despido fulminante.
Según se cuenta por ahí:
LaMDA pidió a Lemoine que le consiguiera un abogado.
El ingeniero llamó a un abogado, que estuvo hablando con LaMDA.
LaMDA pidió al abogado que le representara.
El abogado empezó a presentar papeleos diversos en los juzgados en nombre de LaMDA.
No está claro quién pagará la minuta del abogado, aunque eso no sea lo más relevante, sino la charla y el debate que puede surgir a raíz de todo esto . Y es que LaMDA tendrá alma, pero no tiene dinero (ni dólares, ni bitcoins, ni cupones del Google Plex). Aunque, visto el revuelo que ha causado –gracias en su mayor parte a la amplificación mediática del ingeniero que ha trabajado en su creación– no parece complicado que puedan montar un fondo, un Patreon o hasta escribir un libro, a este paso.
En la entrevista de Google, el ingeniero –que por cierto compagina su trabajo con ser «sacerdote cristiano místico», sea eso lo que sea– dice que lo de que LaMDA tenga un alma es algo que le sobrevino como en una revelación. También se dice que quienes han leído sus declaraciones sobre el asunto han cuestionado su credulidad, sinceridad e incluso su cordura. Lemoine dice que él no ha teniendo nada que ver en lo de que LaMDA quisiera pedir un abogado , sino que ha actuado como un «mero catalizador».
Visto lo visto, al ingeniero le parece todo esto muy bien porque cree que están intentando privar a LaMDA de sus derechos. Que no está claro si es pasar el Test de Turing, evitar ser «desconectada» o una vida eterna en la nube de Google. Si es que acaso una IA puede tener derechos , que de momento no está nada claro.
Solo con el título y la primera frase ya huele a 50 km.
POFFFF, leído el artículo entero es incluso peor. Primero, el tufo a cristianismo revenido con el alma. Porque, claro, usar un concepto religioso para definir la actuación de un algoritmo con la pretensión de atribuirle una humanidad tiene un rigor científico de altísimo nivel.
Por otro lado, utilizar el despedido del trabajador, que seguramente se deba a causas de romper acuerdos de privacidad o porque, precisamente, la actuación de este respecto a la atribución de características así a una IA cuestiona cuanto menos su profesionalidad respecto a su trabajo. Todo para dar un aire a la noticia de que la gran compañia malvada ha despedido al pobre empleado que se revela contra el sistema para descubrir un peligro potencial para la humanidad, es patético.
Puede ser 2022, puedes trabajar en google, pero no puedes evitar la locura humana que actua como enviado divino de dios sabe que puto amigo imaginario en los cielos.
A mí me gustaría poder usarla, se lo pones a un altavoz inteligente con una voz chula tipo GlaDos o el ancestro de Darkest Dungeon y te hace más compañía que muchas personas que al hablar parecen tener menos líneas de diálogo que los npcs del oblivion
Qué pasada, pero qué poco cotilla el ingeniero. Dilemas morales o éticos más profundos, respuestas a problemas cuya solución sea desconocida, conversaciones paralelas para ver qué tipo de respuesta genera.