La manipulación de la opinión pública a través de las redes sociales sigue siendo una amenaza creciente para las democracias de todo el mundo, según la encuesta sobre manipulación de los medios de comunicación del Instituto de Internet de Oxford, que forma parte de la Universidad de Oxford, realizada en 2020.
El informe revela que las campañas organizadas de manipulación de las redes sociales funcionan en 81 países, frente a los 70 países de 2019, y que los principales gobiernos, empresas de relaciones públicas y partidos políticos producen información errónea a escala industrial. Describe cómo la desinformación se ha convertido en una estrategia común de manipulación cibernética, con más de 76 de los 81 países desplegando la desinformación como parte de la comunicación política.
El profesor Philip Howard, Director del Instituto de Internet de Oxford, y coautor del informe dice: “Nuestro informe muestra que la desinformación se ha profesionalizado y se produce ahora a escala industrial. Ahora más que nunca, el público necesita poder contar con información fiable sobre la política y la actividad del gobierno. Las empresas de redes sociales necesitan subir el nivel de su juego incrementando sus esfuerzos para señalar la desinformación y cerrar las cuentas falsas sin necesidad de la intervención del gobierno, para que el público tenga acceso a información de alta calidad”.
El equipo de la OII afirma que el nivel de manipulación de las redes sociales se ha disparado desde 2019, y que los gobiernos y los partidos políticos han gastado millones de dólares en “ciber tropas” del sector privado, que ahogan otras voces en las redes sociales. Estas ciber tropas profesionales también han utilizado a los ciudadanos influyentes para difundir mensajes manipulados. Entre ellos se encuentran voluntarios, grupos de jóvenes y organizaciones de la sociedad civil, que apoyan sus ideologías.
La ex alumna de la OII, Dra. Samantha Bradshaw, autora principal del informe, dice: “Nuestro informe de 2020 destaca la forma en que los organismos gubernamentales, los partidos políticos y las empresas privadas siguen utilizando las redes sociales para difundir propaganda política, contaminando el ecosistema de información digital y suprimiendo la libertad de expresión y la libertad de prensa”. Gran parte de esta actividad se ha profesionalizado, con empresas privadas que ofrecen servicios de desinformación por encargo".
Los hallazgos clave que los investigadores de la OII identificaron incluyen:
- Las empresas privadas de “comunicaciones estratégicas” están desempeñando un papel cada vez más importante en la difusión de la propaganda informática, y los investigadores identificaron a los agentes estatales que trabajan con esas empresas en 48 países.
- Se han gastado casi 60 millones de dólares en empresas que utilizan bots y otras estrategias de amplificación para dar la impresión de que sus mensajes políticos están de moda.
- Las redes sociales se han convertido en un importante campo de batalla, y empresas como Facebook y Twitter han tomado medidas para combatir a las “ciber tropas”, mientras que se han gastado unos 10 millones de dólares en anuncios políticos en las redes sociales. Las plataformas eliminaron más de 317.000 cuentas y páginas de los actores de las ‘ciber tropas’ entre enero de 2019 y noviembre de 2020.
Las tropas cibernéticas suelen estar directamente vinculadas a las agencias estatales, según el informe, “En 62 países, encontramos pruebas de una agencia gubernamental que utiliza propaganda computacional para moldear las actitudes del público”.
Pero también se descubrió que los partidos políticos establecidos utilizaban las redes sociales para “difundir desinformación, suprimir la participación política y socavar los partidos de la oposición”, dicen los investigadores de Oxford.
Según el informe, “En 61 países, encontramos pruebas de partidos políticos o políticos que se presentaron a las elecciones y que han utilizado las herramientas y técnicas de propaganda computacional como parte de sus campañas políticas. De hecho, las redes sociales se han convertido en un componente crítico de las campañas digitales”.
El Dr. Bradshaw añade: “La actividad de las tropas cibernéticas puede parecer diferente en las democracias en comparación con los regímenes autoritarios. Las autoridades electorales deben tener en cuenta el ecosistema más amplio de desinformación y propaganda computacional, incluidas las empresas privadas y las personas influyentes remuneradas, que son actores cada vez más destacados en este espacio”.