Ronda previa
Grupo D: Un relato donde la ecología sea el tema central
Álamo
La noche es plácida. No hay noches como estas en mi Europa natal. Antes del cambio miríadas de corazones negros bombeaban sangre a las arterias productivas del sistema. Legiones de pulmones de metal oxigenaban el mundo, lanzando líneas interminables a través de toda Europa. Hoy nos iluminan decenas de soles que alumbran un futuro brillante para la Humanidad. Una Especie, bajo una Dirección firme, con un Destino claro e inevitable. Libres de las taras genéticas heredadas de nuestros primos menores y deformes crecidos en la vieja Gaia pudimos conquistar el cosmos y contener el poder de las estrellas, con el fin último de sanar la Tierra.
— Unidad Hotel, aquí control. Todos los indicadores atmosféricos OK, vientos estables en el Cuerno de África. Pueden proceder con el lanzamiento a discreción.
El visto bueno interrumpe mis pensamientos. La superficie se encuentra kilómetros bajo mis pies, y sobre mí no hay nada más que el espacio abierto, con las estrellas observando la historia. La terraformación va por buen camino, aunque nuestros ancestros jamás hubiesen imaginado estos métodos como los definitivos. Bombas limpias que devastan zonas enteras, dejándolas libres de elementos nocivos para luego, con tecnología que a ojos de los terrestres sería magia, repoblar zonas y recrear una atmósfera propicia para la vida animal. Por supuesto luego habrá que repoblar de nuevo el planeta con seres humanos, pero tendremos muchas ventajas. Principalmente la de que no se trata de un nuevo asentamiento al uso: es una reconquista, culminación de una lucha de siglos contra el pasado. Una lucha necesariamente victoriosa.
— Control, responde Hotel. Recibido, lanzamiento en marcha. Tiempo para impacto treinta segundos.
Y necesariamente cruel. Hay que recordar a los terrestres que sus acciones nos llevaron al exilio en Europa. Su creencia de estar por encima del bien y del mal y el fornicio sin control nos han llevado a necesitar estos extremos terribles. Pero es lo justo. Lo necesario. Mejor muertos que en las condiciones en las que viven, después de todo. Hacinados como cucarachas, amontonados los unos sobre los otros y devorando a su propia prole. Como bien dicen nuestros historiadores, les traemos la luz que no quisieron en su día. Tres. Luz que limpia y deja paso a nueva vida. Dos. No van a sufrir, somos mejores que ellos en eso. Uno. Y sacar la basura siempre es necesario.
Impacto.
Por enésima vez en mi puesto como Gestionador de Residuos Terrestres, y como tantos otros antes que yo, contemplo el resplandor de decenas de soles iluminando la vieja Tierra. Soles que alumbran un futuro brillante para la Humanidad. Miré a mi lado, al lugar ocupado por el copiloto.
— ¿Qué otra zona hay que limpiar hoy?