Mmm… no.
Inquisition podrá ser divertido para algunas personas, fantástico. Pero no es bueno. Tiene tantos errores de diseño que decir que es un buen WRPG sólo porque tenga presupuesto es como decir que por ser AAA ya es bueno.
Primero, es un WRPG que se caga en el C&C. De todas las opciones que podemos importar de DA:O + extras y DA2 + extras, sólo una cambia realmente en algo nuestra partida de DA:I, todo el resto son conversaciones de dos líneas, o el skin de “Inserte aquí un Guarda Gris”, “Inserte aquí un gobernante de Ferelden”.
No sólo que no hace nada útil con los dos juegos anteriores, sino que tampoco hay muchas decisiones dentro del propio juego que importen. Puedes colocarte de un bando en la guerra, pero a nivel jugable el cambio es cuál de dos misiones juegas, porque tienes a los mismos personajes al final, y quién es el segundo al mando del villano. Nada de lo que haces en Orlais trasciende a diálogos finales, excepto ahorrarte una boss battle. Elegir una nueva Divine sólo cambia si pierdes o no a alguien durante el post-game. Y ya está, esas son las tres decisiones que realmente alteran algo del juego más allá de una conversación.
A nivel jugable como WRPG basado en un RTwP, es malo. La cámara no funciona, los combos y personalización son escasos y son un copia y pega entre las tres clases (todos tienen un skill que hace grappling, lo que cambia es el color), no puedes subir tus propios atributos, no existen las habilidades sostenidas, las especializaciones son banales.
El crafting no sirve de nada, ya que cualquier item que encuentres en el juego es mejor que lo que puedas craftear, hasta que llegues bien al final del juego y tengas los diseños de la tier más alta, y recién ahí, no antes, vale la pena craftear algo.
Skyhold, la fortaleza, es el campamento de DA:O un poco más grande. Y ya está.
La mesa de guerra es un insulto a la inteligencia de cualquier persona que alguna vez le interesara la saga. Resuelve tramas “heredadas” de juegos anteriores a través de un minijuego de Facebook que ni siquiera es divertido, porque es elegir una de tres opciones y esperar.
Cuando seis de los nueve personajes tienen severos momentos de estar mal escritos, tampoco colabora con la trama en general. Dorian, Blackwall y hasta ahí Cole se salvan de la quema, el resto, anodinos o directamente malos (Sera expande inutilmente la trama de The Friends of Red Jenny al no aportar lore real a la trama y entrar en conflicto forzado con el party, Iron Bull destruye el lore de Seheron y los Qunari en general, Vivienne es el mayor palo en el culo que Bioware ha escrito desde Bastila Shan).
Los mapas, aunque son enormes, están llenos de actividades repetitivas, y las quests tampoco colaboran. Explorar un mapa se vuelve más una obligación que un interés, y esto es así porque el juego obliga a tener más de “X Poder” para poder ir avanzando.
La trama general patea lore previo (Elfos Dalishanos), da resoluciones mal escritas a algunos de los temas desarrollados en novelas o juegos previos. La Guerra de Magos contra Templarios, el potencial Golpe de Estado en Orlais, la Crisis de los Anderfels; y esto por mencionar las cosas que el juego se digna a hacer en cámara, y no las que deja escondidas en la Mesa de Guerra para resolverse en tres párrafos, como el asedio de Starkhaven a Kirkwall, la cacería de los Cuervos de Antiva, o el paradero del Héroe de Ferelden.
Por lo que no, vuelvo a decirlo, el juego tiene demasiadas carencias como para decir impunemente “es buen juego pese a”. Es un juego mediocre, quizás no malo y atroz, pero mediocre. No merece ser llamado buen juego porque entonces la media del género debería ser directamente maravillosa; pero no es la realidad. Inquisition deja mucho que desear, y sin contar cosas como el final por DLC.
A todos nos ha gustado una medianía, y está bien reconocerlo. Yo adoro Infinite Space y como JRPG es corto en muchas cosas.