Los neutrales puros creen en el equilibrio final de las fuerzas y se niegan a ver las acciones como buenas o malas. Los neutrales puros hacen todo lo posible para evitar ponerse del lado de una sola fuerza, ya sea buena o mala, lícita o caótica. Por esta razón, las personalidades neutrales puras a veces se ven arrastradas a alianzas, amistades y trayectorias vitales bastante peculiares. En gran medida, se ponen del lado del desvalido, y a veces incluso cambian de bando cuando el anterior perdedor se convierte en ganador. Estas personas suelen ver el bien, el mal, el caos y las leyes como simples prejuicios que llevan a extremos peligrosos. Como los maestros taoístas de la antigua China, tienden a creer que el universo funciona mejor cuando la luz y la oscuridad, el yin y el yang, están en equilibrio.
Las personas que son caóticas buenas son fuertes individualistas marcadas por una vena de benevolencia. Creen en el bien común y en ser amables con los demás, pero les importan poco las leyes y las normas. Sus acciones se guían por su propia brújula moral que, aunque es benévola, no siempre coincide con la del resto de la sociedad. Valoran mucho la libertad, no solo para ellos sino también para los demás. Los individuos caóticos y buenos tienen la intención de hacer lo que es correcto, pero sus métodos son generalmente desorganizados y pueden dar lugar a conflictos cuando entran en contacto con aquellos que prefieren una organización y planificación exhaustivas.
Legal bueno
Las personas legales buenas creen que una sociedad ordenada y fuerte con un gobierno moral puede mejorar la vida de la gran mayoría de la gente. Cuando las leyes son justas y la gente las respeta e intenta ayudarse mutuamente, la humanidad en su conjunto prospera. Por lo tanto, las personas legales buenas se esfuerzan por conseguir un orden social que aporte el mayor beneficio para todos y cause el menor daño posible. Las personalidades legales buenas pueden encontrarse a veces con el dilema de obedecer la ley o hacer el bien cuando ambas cosas entran en conflicto. Por ejemplo, cuando el cumplimiento de la ley de la tierra podría ser injusto o perjudicial, o cuando hay un conflicto entre dos órdenes de lo que es correcto, como por ejemplo entre las costumbres de su comunidad y la ley del gobierno.
Casi legal maligno, ya notaba yo que con los años estaban aumentando mis ganas de dominar el mundo con puño de hierro…
Aún así el test habría que ver cómo saca el resultado, que respondía mayormente que suelo ayudar al resto y me ven como buena persona y me pone casi como Hitler.
Legal neutral
Los legales neutrales suelen creer firmemente en conceptos éticos como el honor, el orden, las reglas y la tradición, y tienden a adherirse firmemente al código personal que siguen. Los legales neutrales prefieren que las leyes se apliquen con firmeza y que se mantenga el orden social de su grupo. Por esta razón, tienden a atribuir un gran valor a las tradiciones y a los precedentes históricos. El soldado que sigue las órdenes porque cree en la cadena de mando, o el juez que imparte justicia con exactitud de acuerdo con la palabra de la ley, podrían ser ejemplos del alineamiento legal neutral en funcionamiento. Esto no significa, sin embargo, que los individuos neutrales de derecho sean inmorales; es simplemente que -para ellos- las consideraciones morales pasan a un segundo plano cuando se comparan con lo que dicta su código, la tradición o la ley.
Las personas legales buenas creen que una sociedad ordenada y fuerte con un gobierno moral puede mejorar la vida de la gran mayoría de la gente. Cuando las leyes son justas y la gente las respeta e intenta ayudarse mutuamente, la humanidad en su conjunto prospera. Por lo tanto, las personas legales buenas se esfuerzan por conseguir un orden social que aporte el mayor beneficio para todos y cause el menor daño posible. Las personalidades legales buenas pueden encontrarse a veces con el dilema de obedecer la ley o hacer el bien cuando ambas cosas entran en conflicto. Por ejemplo, cuando el cumplimiento de la ley de la tierra podría ser injusto o perjudicial, o cuando hay un conflicto entre dos órdenes de lo que es correcto, como por ejemplo entre las costumbres de su comunidad y la ley del gobierno.
Las personas caóticas neutrales creen que, en última instancia, no hay orden en nada, incluidas sus propias acciones. Con este principio como guía, tienden a seguir lo que les dicte su fantasía. El bien y el mal son irrelevantes a la hora de tomar una decisión. Los caóticos neutrales suelen ser extremadamente difíciles de tratar. Aunque promueven los ideales de la libertad, lo primero es su propia libertad. Los caóticos neutrales son de espíritu libre y no disfrutan con el sufrimiento innecesario de los demás, pero si se unen a un equipo, es porque los objetivos de ese equipo coinciden con los suyos en ese momento. Les molesta recibir órdenes y pueden ser muy egoístas en la búsqueda de sus objetivos personales. Sin embargo, sus métodos para alcanzar sus objetivos suelen ser desorganizados, poco ortodoxos y casi totalmente imprevisibles.